Duerme niño mío falto de esperanza,
que mueres de frio mendigando calor.
No tienes a nadie que meza tu cuna,
te vences cansado sin besos de amor.
Qué pena contigo, me aferro a batirme
con el cruel destino que te hace llorar.
No encuentro argumento para tu abandono,
me siento frustrada, no puedo luchar.
Un eco acallado cubierto de estrellas,
camino inhumano desgajado al fin
Ciego para un mundo que mira a su luna
pasando de largo sin ver tu sufrir.
Versos olvidados para un niño solo
que como otros muchos muere en soledad
¿No sienten ternura los que te circundan?
es un niño pobre, pobre humanidad.
María Luisa Benedicto Gil
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